Cada 2 de mayo, en España se celebra el día de la virgen de Araceli; “La Patrona de Lucena”. Los habitantes de la ciudad la acompañan en un largo recorrido lleno de honores y simbolismo. Después de la procesión es regresada a su santuario con la misma devoción con la que es bajada. En los próximos apartados te mostraremos cómo se realiza este acto.
La devoción a Santa Araceli tiene un origen muy interesante. Se cuenta que un hombre muy importante de la época; el II Marqués de Comares, visita Roma y queda cautivado con la imagen de la virgen. Motivado por este encanto, el marqués manda a que sea tallada una réplica de la estatua. Luego de esto, ordena que la misma sea trasladada a Lucena.
El 27 de abril del año 1562, la imagen tallada fue entregada en la ciudad, en cumplimiento de la orden que había sido dada. Un tiempo después, fue instituida su cofradía al igual que su santuario. Cada 2 de mayo se celebra el día de la Señora de Araceli.
La figura de la virgen es bajada en procesión en el penúltimo domingo del mes de Abril, desde el santuario instituido en las elevaciones de la hermosa Sierra de Aras. En esta peregrinación se recorren exactamente 6 Km. La gente del pueblo la acompaña a su último destino, junto con algunos santeros.
Al llegar a la ciudad la espera su corte de honor para transportarla a San Mateo. En este lugar, se queda la imagen hasta que es trasladada de nuevo a su santuario. La celebración comienza el día viernes para continuar el sábado.
Se le rinden honores a la patrona de una forma inmensurable; al inicio, varias damas con un traje lucentino visten el altar de la virgen con una gran cantidad de hermosas flores. Pero esto no termina aquí; la celebración continúa; el día domingo se realiza una procesión en Lucena.
Los 36 santeros elegidos, con honor, acompañan a la patrona por las calles. Un gran número de pétalos de flores son lanzados al paso de la virgen, y los acompañantes cantan su himno mientras la misma es encaminada.
Cuando la virgen se va acercando al templo guiada físicamente por sus acompañantes, miles de fuegos artificiales celebran su llegada, llenando el cielo de sonido y agradables colores que cautivan a toda la población mientras la veneran.
El primer domingo del mes de junio, la virgen es llevada nuevamente a su santuario para ser subida, siguiendo el mismo protocolo con el que fue bajada. El pueblo y algunos santeros la acompañan en procesión hasta la Sierra de Aras, la cima donde se encuentra la capilla en la cual reside normalmente.
La figura de la virgen de Araceli recibió su canonización en el año 1948. En 1944, un grupo de devotos de Sevilla fundaron una hermandad en honor a la patrona Araceli. La sede de esta fraternidad está ubicada en la iglesia de San Andrés.
Castillo Lastrucci, un escultor quedó encantado al hacer una copia de la imagen, a tal punto que decidió no cobrar absolutamente nada por su trabajo. El artista, hizo esto en honor a su madre que llevaba también por nombre Araceli.
El templo de la virgen de Araceli está conformado por dos partes que poseen características muy distintivas; la hospedería (que era antes el hogar de los capellanes y el equipo de servicio de la virgen) y la iglesia.
Una gradería conduce desde la llanura exterior hasta el templo. La iglesia ha sido diseñada y construida con una fachada sencilla de piedras de tres curvaturas. La central es la puerta que da la entrada al pórtico.
La patrona de Lucena se encuentra en un santuario ubicado en Sierra de Aras, pero es encaminada en una procesión cada año en su celebración. La devoción con la que los habitantes de la ciudad le rinden honor a la virgen de Araceli, es admirable. Son varios días que con esmero, los devotos pasan realizando peregrinaciones y actos simbólicos a la imagen que ha cautivado a miles de habitantes y visitantes.